Hay ocasiones en las que uno se siente orgulloso. De esas en las que sabes que se han roto los límites. Desde las que ya jamás nada volverá a ser lo mismo. Cuando todo y todos estuvieron al 200%... Y yo he tenido la suerte de poder vivir una de esas ocasiones especiales que jamás olvidaré.
Todo empezó hace más de un año y medio, cuando un grupo de “locos”, porque no se nos puede llamar de otra forma, decidimos dar un empujón a nuestra División de Impresión Profesional. Y lo queríamos hacer por dos motivos simples: consolidar nuestra posición de líderes y mejorar el reconocimiento de marca y de fidelidad. Y todo esto en un mercado muy tradicional, nada orientado a las nuevas tecnologías de comunicación y donde el boca-oreja funciona de forma proverbial, para lo bueno y para lo malo.
Casi nada, ¿eh? Porque para conseguirlo no podíamos hacer lo de siempre. Innovar era la clave. Había que enseñar “músculo”, y...