¿Qué es lo primero que haces al sentarte a tu mesa cuando llegas a la oficina? Apostaría chuletones de Ávila contra café con leche a que tu respuesta ha sido "leer el correo electrónico". Y si no es así, es porque lo has consultado en el autobús, al levantarte o mientras desayunabas.
Sea como sea, el correo electrónico se ha introducido tan profundamente en nuestro trabajo que sería impensable pasar toda una jornada laboral sin consultarlo. Tan es así, que muchas veces se convierte de hecho en repositorio, archivo, agenda de contactos, lista de cosas por hacer... Cada uno le damos un uso ligeramente diferente, que siempre va más allá de aquella función para la que se concibió.
Saca más partido a lo que ya usas
Si todos usamos el correo...