Según Wikipedia, el «Internet de las cosas» se refiere a una red de objetos cotidianos interconectados.
Desarrollando un poco más este abstracto concepto y llevándolo a nuestra vida cotidiana, vemos las posibles aplicaciones que tendría tener conectados a la red de redes los elementos que utilizamos diariamente.
Solo a modo de ejemplo podríamos, por ejemplo, tener nuestro frigorífico informándonos constantemente de la cantidad de alimentos que hay en él e incluso realizando pedidos de nuestra bebida favorita por nosotros; buena idea, ¿verdad? Eso evitaría más de una discusión familiar.
Las zapatillas con las que corremos igualmente registrarían la duración, intensidad y kilómetros...